martes, 15 de enero de 2013

Una pequeña historia de amor. Parte 3 (y final)

  La besas, si. Nunca antes lo habías sentido con tal intensidad. Vuelven los temblores que van desde tu vientre hasta tu pecho. Te apartas, pero vuelves adelante. La vuelves a besar. Sus labios sobrepasan lo que imaginabas, su suavidad. Tu mano izquierda se va a su nuca, no quieres que ese momento acabe. Has estado con un arma apuntándote a la cabeza, en peleas con mas de 10 individuos implicados, has recibido disparos que te han rozado el tobillo derecho. Pero esta emoción las supera a todas. Has besado otros labios, has sentido atracción hacia otras mujeres, incluso has pensado que en otros momentos también te han gustado otras mujeres, pero esta chica lo supera todo. Esto es real. Te apartas, pero quieres más. Quieres mas hoy, mañana y pasado. Tomas aire.

  -Quiero que seas mi chica. Quieres ser mi novia?- Dices aún con la respiración agitada.
  -Aún te lo preguntas? No te ha quedado claro?- Te susurra.
  -Quiero que me lo digas. Quiero oírlo.-Insistes.
  -Si, quiero salir contigo, ser tu novia. -Sentencia ella.

  Te tiemblan las manos, hace frío, pero no es eso, es ella. Esta vez ha desestabilizado tu sistema nervioso aparte del psicomotor. La abrazas, sientes el aroma de su cabello. Oyes voces que se acercan y salís de la caseta de aquel castillo. Aquella caseta ha sido testigo de la anathema de tu demonio. De su marcha, de su rendición. Ahora todo es diferente.

  Es todo, es el nacimiento del amor en un pobre diablo, un ser violento, un ser inestable. Un ser hipócrita. Siempre pendiente de dar la imagen que su alrededor quería ver, ocultando al cabrón que había sido hasta hace poco. Aquella chica le aportó algo que nunca había sentido. Despertó algo mas fuerte que sus miedos, que su valentía, que su odio, que su ira. Despertó amor. Suena una autentica cursilada dicho así, pero es la realidad. Su familia, sus amistades, sus romances, todos engañados por el perfecto y responsable hijo, por aquel gran amigo que siempre estaba ahí cuando se le necesitaba con sus consejos y dando ejemplo, por aquel chico que conocieron una noche de alcohol y fiesta. Todos engañados. Pero ella, con su sola presencia pudo amansar a aquel demonio. Pudo convertir a aquel canalla en un ser capaz de amar. Algo impensable. Ver para creer. Un cabrón capaz de con una mano aplastar la cabeza de un ser, en su mayoría "escoria social" contra la pared. Sin preguntas, sin respuestas. Un autentico perro. No era un ser dominado. Era su demonio, buscaba sentirse vivo, buscaba sentirse grande. Pero no, tuvo que ser ella. Apariencia frágil, mirada profunda y una sonrisa que no lo dejaba dormir. Ella le aportó eso y mas.

  Pasó el tiempo y aquel cabrón no era mas que recuerdos del pasado. A cada día que ella lo miraba, fijamente a los ojos, sin miedo, aquel demonio se iba desvaneciendo. "No me teme", pensaba aquel canalla. Su piel fría y frágil. Sus manos buscaban las de el. Aquellas manos calientes. Manos violentas, manos que ha portado armas de fuego, manos que han aplastado cabezas, manos que han golpeado otros seres, manos expertas en crear hematomas, ahora estaban siendo buscadas por ella. Para refugiarse del frío. Y sin miedo. Si tu supieras, chica...

  En su vida solo estaba ella. Su sonrisa era la felicidad de el. Acudieron juntos una noche de cena rodeado por el circulo común con el que compartían estudios. "Te quedarás conmigo a dormir esta noche", le susurró él al oído mientras todos cruzaban conversaciones. Y ella digo que si. Unas copas y una visita a un local para bailar tras la cena y volver a casa. Pero esta vez con ella. Esta vez una vuelta tranquila. Un paseo, incluso la oscuridad de la noche era diferente junto a ella. Abrazada a el. Llegaron extasiados a su habitación. Quería verla dormirse entre sus brazos. Quería darle su calor. Por qué tiemblas? Que te ocurre canalla? Todo lo vivido antes de conocerla a ella parecía olvidado. Aquel demonio que se fue desvaneciendo parecía ser el que había disfrutado de lo vivido hasta ahora. El era nuevo en esto. Estaba ella junto a el en la cama, su piel aún fría  El se acercó a ella, para abrazarla, transmitirle su calor. Unieron sus manos, unieron sus labios y unieron su piel. La ropa les estorbaba, sobraba. Quería sentir su cuerpo al completo, desnudo piel con piel. Explorar cada centímetro de su piel desnuda, partes de su anatomía desconocida para el hasta ese momento. Cada rincón de su cuerpo era una delicia para el. Y fue suya. Y él fue totalmente suyo.

  Pasó el tiempo, ya era una relación formal, advertida por todos, La familia y los círculos de estos dos, nuestros personajes principales ya estaban enterados. Pasó el tiempo, era una relación bonita. Ella tenia sueños. El quería cumplirlos. Ella no necesitaba hacer nada, su sola presencia lo llenaba a el. Ella quería conocer mundo, viajar, salir. Y él, aquel antes cabrón, en cuanto podía, como si era por verla feliz, verla sonreír la animaba. A viajar juntos, a explorar, a conocer. Escapadas rápidas. "No pienses princesa, ahora podemos" le decía él. No podía ver el desánimo en su rostro. Sabia que ella quería ser más, el siempre la animaba a hacer lo que le gustase hacer. "Se fuerte, se constante princesa" le repetía una y otra vez. El creía en ella. El veía su propia felicidad reflejada en la felicidad de ella.

  Y así pasaba el tiempo. Eran ellos dos, una relación bonita, romántica. El, impulsándola a ella. Ella, llenándolo a él. Pasaron meses, el primer año, más meses, año y medio. Algo cambió. Ella estaba fría, distante. Por momento todo volvía a ser como antes. Alegre, sonriente. Y él, por momentos también, confundido. Pasaron unos pocos meses. Ella volvía a estar igual, fría, distante. Que ha ocurrido? He hecho algo? El seguía confundido. Pero ella seguía ahí  con el. Esta todo bien, pensaba él. Todos tenemos momentos bajos. El la animaba, buscaba su sonrisa. No era autocomplacencia, no quería hacerla sonreír para sentirse mejor él. Solo quería que ella sonriese para si misma. Para que viese qué es lo que lo llenaba. "Salgamos de aquí, olvídate unos días de todo". Y ella se resistía, pero el insistió. Se fueron lejos. Solo unos días. Fue algo bonito, ella volvía a sonreír. Él se volvía a sentir lleno. Lo recuerdas canalla? Recuerdas esa sensación?

  Y volvieron. Volvieron a sus vidas, a sus aires. Pero su sonrisa, la de ella, se quedó allí  Ya no iluminaba para él. Pasaron horas y solo hubieron un par de minutos juntos a través del teléfono. Pasaron un par de días. Entonces el fue a reencontrarse con ella. No hubo mucho que escuchar. "Lo siento, pero no podemos seguir juntos". No lo había entendido. A qué se refería? Lo sabias bien canalla, lo sabias perfectamente. Entendiste cada una de sus palabras. He hecho algo malo? He dicho algo que te ha lastimado? "No eres tu, soy yo, no has hecho nada malo" sentenció. Y se apartó, miraba temerosa. De qué temes? Ha visto a aquel cabrón. Si, te teme. Te conoce. Tu y aquel demonio sois uno. Aún intentando no lastimarla no puedes negar a aquel cabrón que has intentado dejar oculto en lo más profundo de tu ser. "No temas princesa, soy yo, no tengas miedo" pensaba él. Y se marchó. Aquello no estaba pasando, quizás necesita tiempo. No lo podía asimilar. Una semana y una llamada de teléfono. Era definitivo. No era cuestión de tiempo. Aquella chica, su luz, se había apagado. Aquella mujer, que había logrado amansar a un autentico demonio se había ido para siempre. "No hay vuelta atrás" dijo ella. Y su último favor, su último regalo hacia ella fue hacerla feliz en eso. No me verás más si así lo quieres. No me oirás más. Y así fue.

  Todo se ha desmoronado. Todo se ha acabado. Lo recuerdas canalla? Recuerdas esa sensación? La verdad es que no habían emociones. Todo era gris, no había color, no había luz. Si que había tensión. Por las noches los puños temblaban. "Que es esto? Que ocurre?" Se preguntaba aquel estúpido ser sin emociones. Un ser en la absoluta nada. La nada y su compañero, un diablillo sonriente. Aquél hipócrita, aquel farsante. Está todo bien. Aquel comediante, aquel impostor, siempre sonriendo. A su familia, a sus "amigos", a sus conocidos siempre una media sonrisa. No exageremos o se va a notar. Pasaron unas semanas. "Vamos esta noche a beber algo, vente con nosotros" dijo un "amigo". Perfecto, como va todo bien, como no estás afectado, te pareció un plan perfecto. Dos cervezas, lo suficiente como para no llegar a alterar tu sistema nervioso o psicomotor. Va todo perfecto. Te chocas en la barra con un chico de unos veintitántos. Te alteras, pero recuerda, hay testigos. Un par de empujones para dar tiempo a que alguien os separe. Lo tienes todo controlado. Te llama "figlio di puttana". Sientes los puños ardiendo. No es el momento, dale otro empujón, intenta parecer muy alterado y vuelve a lo tuyo, vuelve a la mesa donde estabas con tus "amigos". Sonríe y comenta lo sucedido con ellos. Una anécdota más, en una noche más.

  Pasan un par de horas, te tienes que marchar. En realidad mañana no tienes nada que hacer, pero tienes que marchar, lo sabes. O quieres que así sea. Estás por Barcelona centro, zona de bares. Te apetece caminar un poco, te sorprende el control que has tenido hoy. Oyes pasos, gente saliendo de bares, saliendo de portales. Oyes una conversación en italiano. Oyes entre la conversación "figlio di puttana" casi como dicho para tus oídos, con intención de que lo escuchases. La voz es la misma que la del bar. Miras a un lado, unos seres caminando a la par que tu. Oyes unas risas, es el imbécil de veintitántos con un acompañante similar a el. El callejón mide poco mas de 5 metros de ancho. Y un poco oscuro. Te miran, y devuelves la mirada. "Algún problema, hijo de puta?" Les dices en voz alta.  Y uno de estos levanta una mano enseñándote el dedo medio. Si, también se acuerda de ti. Te frenas. Inclinas un poco la cabeza, te acercas. Nada a tu izquierda, nada a tu derecha. Solo esos dos imbéciles envalentonados seguramente fruto del alcohol. Ellos dos y tú. Ellos dos, tu y alguien más. Cuanto tiempo, eh cabrón? Te acuerdas de mi?. Escuchas palabras en italiano seguido de otra vez lo mismo. "Figlio di puttana". Estás sonriendo canalla? Hace semanas que no sonríes. Dos zancadas y tu mano agarra la cara de uno. Este, al estar cerca de la pared tiene poco espacio entre su cabeza y esta. Un golpe seco suena en la oscuridad. Sientes que te agarran de la chaqueta. Sientes lo que crees un puñetazo en la nuca. Otro golpe seco en la pared, repites en una fracción de segundo. Van dos. Este cae y sientes otro mal acertado golpe que seguramente iba otra vez a tu nuca, pero este da en el hombro. Te giras, aún sonriente y tu puño, el de la misma mano que acaba de aplastar una cabeza 4 segundos atrás, impacta sobre el pómulo izquierdo de este, el segundo individuo. El primero sigue aturdido en el suelo. El otro te intenta agarrar el brazo derecho para lanzarte un puñetazo. Esta vez ha acertado, pero en la parte baja de las costillas al lado izquierdo. No reaccionas al dolor. En realidad no hay dolor. De la misma zona izquierda se eleva tu brazo en dirección a este que aún sigue en pié. Este golpe va con rabia,  con ira, con rencor, con ansias. Lo agarras del pelo por la nuca con tu derecha mientras tu otro brazo se desplaza a toda velocidad en dirección a la boca de su estomago. Justo debajo del esternón. Cae de rodillas al suelo. Rematas la acción con una patada al hígado. El otro, aún aturdido, a cuatro patas intentando levantarse recibe una patada en la espalda, a la altura de los riñones. Hay que marcharse de ahí. Te pierdes en la oscuridad de las calles barcelonesas.

  Creo que ha vuelto a despertar el hijo de puta que llevabas en el interior. Es un demonio libre. Te vas, solo estáis tu y la ciudad. Y la ciudad está oscura. Y este demonio lo recuerda todo. Recuerda que la luz se apagó, recuerda sus palabras, las de ella. Y es entonces, en la oscuridad de la ciudad donde se te cae el mundo encima. Es ahí cuando por fin asimilas que ella ya no volverá. Es solo mirando a este demonio fijamente a los ojos cuando te das cuenta de la realidad. Es cuando explotas. Te colapsas. Que por qué te ha dejado? No la merecías. Ese demonio no se aparta de ti, te nubla el mundo, te nubla la realidad. Pasan horas, pasan días y aquel demonio se ha apoderado de ti. Sales, te emborrachas, te importa una mierda la opinión de los demás aún moviendo la cabeza afirmativamente cuando te encuentras con alguien. Sonríe canalla, sonríe. Eres un comediante, un cínico. Tu ya no trabajas para nadie, tu demonio ya no trabaja para nadie. Vas por libre, estás descontrolado. Bebes, te emborrachas, has llegado incluso a acabar en un hospital. Te peleas, buscas motivos para pelearte. Te lanzas a chicas, buscas sus labios, algunas te corresponden, otras no. No te importa nada, solo buscas sentir algo. Sea lo que sea, dolor, odio, ira, cualquier sensación te vale. Pasan semanas, meses. La odias, odias a aquella chica. Tez morena, apariencia frágil. Todo lo que creó en ti, todo lo que te hizo ver lo destruyó. No merece nada, no merece ser feliz, pero tienes que cumplir tu promesa. No dejas que te vea, no la llamas, no dejas que oiga tu voz, solo hasta que ella quiera algún tipo de contacto. Es el único resquicio de persona que te queda, lo que te une a ser persona, lo que te une a ella es aquella promesa.

  Pasan los meses. Solo hay desorden. El odio ha finalizado, se ha acabado. Será que el demonio está cansado, ya no es lo que era. Quizás aquella chica en si lo amansó no solo para ella, sino que para ti mismo. Salió con furia, salió con fuerza, pero esta cansado. No le gusta lo que ve, quiere cambiar. Aquel demonio no quiere cambiar por ella, quiere cambiar por ti. Si cabroncete, por ti. Nada es para siempre, dicen algunos. Quizás es verdad. Miras una foto. Sois ella y tu. Estas sonriendo canalla? Recuerdas exactamente el instante en que se hizo aquella foto. Recuerdas el aroma de su cabello. Hay mas fotos. Sonríes recordando aquellos momentos. Fue bonito, piensas. Fue divertido. No te podría odiar, no podría odiarte jamás mujer. Es entonces cuando respiras, todo ha finalizado, ella fue parte de tu vida. Fue una relación bonita. Es la verdad, es con lo que te tienes que quedar. Quizás ella está con otro. Que mas da? Por ese entonces, cuando erais pareja, ella estaba por ti tanto como tú por ella. También fuiste una parte de su vida. Sabes que eso no lo podrá olvidar nunca. Has sido bueno, has dado todo y más por una persona, es seguro que no lo olvidará jamás. Quizás en su vida nunca volverá a pasar alguien como tú. Te has comportado bien, eh canalla. Ni por la tuya alguien como ella. Al final de todo, de los cambios, de tu bajada a los infiernos, solo te puedo decir eso sobre el amor. Así funciona, cuando el amor llega, quizás no llega para quedarse eternamente. Has querido, has amado y así volverá a ocurrir. Conocerás más personas, seres que te llenarán y te complementarán. Quédate con lo bueno, con tu sonrisa, con su sonrisa. Con lo que vivisteis juntos. Eso es el amor. No tiene una explicación lógica. Lo has vivido una vez y lo volverás a vivir más veces. No le hagas preguntas, no le pidas respuestas, simplemente vívelo. Así que mira adelante canalla. Quédate con lo bonito y sonríe al futuro.

"Espero que te vaya bien. Gracias princesa"

FIN

____________________________________________________________

Este "pequeño" relato es ficción. Pura y llana ficción. Cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia. Es simplemente mi punto de vista de como veo el amor. Espero que lo disfrutéis.

No hay comentarios: