martes, 17 de junio de 2014

Destino

  Idas y venidas, asi se resume mi vida. Viajes, mudanzas, experiencias. Hace años pensaba: "Ha de ser impresionante visitar tantos lugares, recorrer mundo y lanzarse sin pensar", y fue hoy cuando caí en la cuenta que he pasado por todo ello, sentado en el Zócalo de Puebla en el momento en que un mosquito me picó junto a la ceja derecha. Tomando un vaso de jugo de naranja en Mexico. Sintiendo un aire diferente, despues de lanzarme a probar suerte en un lugar que no conozco, sin siquiera buscar informacion sobre esta ciudad. Y no siento nada. Pensaba que el aterrizaje seria una sensacion diferente, que me sentiria con ganas de aventura, que me mataria la curiosidad por conocer. Todo eso dias antes de venir. Pero senti lo mismo que cuando volvia a casa de mi trabajo. Monotonia, ganas de estirarme en una cama a descansar. El despertar fue igual, un poco desorientado por el jet-lag. Pero mas monotonia. Fui al bar del hotel, tome un jugo de naranja, comí unas tostadas y pedí unas chalupas, para probar, pero no hubo ninguna sensacion especial. Y eso que lo he intentado. Me he lanzado a la noche Poblana, he conocido chicas, he follado diversas veces, me he emborrachado a tequila, pero eso son cosas que ya he hecho en otros lugares. Sera que el momento aun no llega, esa sensacion de emocion está aun en espera, o que quizas este no es el lugar donde lo sentiré. Seguire dandome a la aventura en busca de eso, quiero despertar algo, quizas ese canalla con ganas de sensaciones necesita mas que paseos turisticos, borracheras y sexo descontrolado. Sera que ese canalla quiere algo que desconozco. Asi que tocará seguir en busca de ello. Sonrie canalla.

martes, 15 de enero de 2013

Una pequeña historia de amor. Parte 3 (y final)

  La besas, si. Nunca antes lo habías sentido con tal intensidad. Vuelven los temblores que van desde tu vientre hasta tu pecho. Te apartas, pero vuelves adelante. La vuelves a besar. Sus labios sobrepasan lo que imaginabas, su suavidad. Tu mano izquierda se va a su nuca, no quieres que ese momento acabe. Has estado con un arma apuntándote a la cabeza, en peleas con mas de 10 individuos implicados, has recibido disparos que te han rozado el tobillo derecho. Pero esta emoción las supera a todas. Has besado otros labios, has sentido atracción hacia otras mujeres, incluso has pensado que en otros momentos también te han gustado otras mujeres, pero esta chica lo supera todo. Esto es real. Te apartas, pero quieres más. Quieres mas hoy, mañana y pasado. Tomas aire.

  -Quiero que seas mi chica. Quieres ser mi novia?- Dices aún con la respiración agitada.
  -Aún te lo preguntas? No te ha quedado claro?- Te susurra.
  -Quiero que me lo digas. Quiero oírlo.-Insistes.
  -Si, quiero salir contigo, ser tu novia. -Sentencia ella.

  Te tiemblan las manos, hace frío, pero no es eso, es ella. Esta vez ha desestabilizado tu sistema nervioso aparte del psicomotor. La abrazas, sientes el aroma de su cabello. Oyes voces que se acercan y salís de la caseta de aquel castillo. Aquella caseta ha sido testigo de la anathema de tu demonio. De su marcha, de su rendición. Ahora todo es diferente.

  Es todo, es el nacimiento del amor en un pobre diablo, un ser violento, un ser inestable. Un ser hipócrita. Siempre pendiente de dar la imagen que su alrededor quería ver, ocultando al cabrón que había sido hasta hace poco. Aquella chica le aportó algo que nunca había sentido. Despertó algo mas fuerte que sus miedos, que su valentía, que su odio, que su ira. Despertó amor. Suena una autentica cursilada dicho así, pero es la realidad. Su familia, sus amistades, sus romances, todos engañados por el perfecto y responsable hijo, por aquel gran amigo que siempre estaba ahí cuando se le necesitaba con sus consejos y dando ejemplo, por aquel chico que conocieron una noche de alcohol y fiesta. Todos engañados. Pero ella, con su sola presencia pudo amansar a aquel demonio. Pudo convertir a aquel canalla en un ser capaz de amar. Algo impensable. Ver para creer. Un cabrón capaz de con una mano aplastar la cabeza de un ser, en su mayoría "escoria social" contra la pared. Sin preguntas, sin respuestas. Un autentico perro. No era un ser dominado. Era su demonio, buscaba sentirse vivo, buscaba sentirse grande. Pero no, tuvo que ser ella. Apariencia frágil, mirada profunda y una sonrisa que no lo dejaba dormir. Ella le aportó eso y mas.

  Pasó el tiempo y aquel cabrón no era mas que recuerdos del pasado. A cada día que ella lo miraba, fijamente a los ojos, sin miedo, aquel demonio se iba desvaneciendo. "No me teme", pensaba aquel canalla. Su piel fría y frágil. Sus manos buscaban las de el. Aquellas manos calientes. Manos violentas, manos que ha portado armas de fuego, manos que han aplastado cabezas, manos que han golpeado otros seres, manos expertas en crear hematomas, ahora estaban siendo buscadas por ella. Para refugiarse del frío. Y sin miedo. Si tu supieras, chica...

  En su vida solo estaba ella. Su sonrisa era la felicidad de el. Acudieron juntos una noche de cena rodeado por el circulo común con el que compartían estudios. "Te quedarás conmigo a dormir esta noche", le susurró él al oído mientras todos cruzaban conversaciones. Y ella digo que si. Unas copas y una visita a un local para bailar tras la cena y volver a casa. Pero esta vez con ella. Esta vez una vuelta tranquila. Un paseo, incluso la oscuridad de la noche era diferente junto a ella. Abrazada a el. Llegaron extasiados a su habitación. Quería verla dormirse entre sus brazos. Quería darle su calor. Por qué tiemblas? Que te ocurre canalla? Todo lo vivido antes de conocerla a ella parecía olvidado. Aquel demonio que se fue desvaneciendo parecía ser el que había disfrutado de lo vivido hasta ahora. El era nuevo en esto. Estaba ella junto a el en la cama, su piel aún fría  El se acercó a ella, para abrazarla, transmitirle su calor. Unieron sus manos, unieron sus labios y unieron su piel. La ropa les estorbaba, sobraba. Quería sentir su cuerpo al completo, desnudo piel con piel. Explorar cada centímetro de su piel desnuda, partes de su anatomía desconocida para el hasta ese momento. Cada rincón de su cuerpo era una delicia para el. Y fue suya. Y él fue totalmente suyo.

  Pasó el tiempo, ya era una relación formal, advertida por todos, La familia y los círculos de estos dos, nuestros personajes principales ya estaban enterados. Pasó el tiempo, era una relación bonita. Ella tenia sueños. El quería cumplirlos. Ella no necesitaba hacer nada, su sola presencia lo llenaba a el. Ella quería conocer mundo, viajar, salir. Y él, aquel antes cabrón, en cuanto podía, como si era por verla feliz, verla sonreír la animaba. A viajar juntos, a explorar, a conocer. Escapadas rápidas. "No pienses princesa, ahora podemos" le decía él. No podía ver el desánimo en su rostro. Sabia que ella quería ser más, el siempre la animaba a hacer lo que le gustase hacer. "Se fuerte, se constante princesa" le repetía una y otra vez. El creía en ella. El veía su propia felicidad reflejada en la felicidad de ella.

  Y así pasaba el tiempo. Eran ellos dos, una relación bonita, romántica. El, impulsándola a ella. Ella, llenándolo a él. Pasaron meses, el primer año, más meses, año y medio. Algo cambió. Ella estaba fría, distante. Por momento todo volvía a ser como antes. Alegre, sonriente. Y él, por momentos también, confundido. Pasaron unos pocos meses. Ella volvía a estar igual, fría, distante. Que ha ocurrido? He hecho algo? El seguía confundido. Pero ella seguía ahí  con el. Esta todo bien, pensaba él. Todos tenemos momentos bajos. El la animaba, buscaba su sonrisa. No era autocomplacencia, no quería hacerla sonreír para sentirse mejor él. Solo quería que ella sonriese para si misma. Para que viese qué es lo que lo llenaba. "Salgamos de aquí, olvídate unos días de todo". Y ella se resistía, pero el insistió. Se fueron lejos. Solo unos días. Fue algo bonito, ella volvía a sonreír. Él se volvía a sentir lleno. Lo recuerdas canalla? Recuerdas esa sensación?

  Y volvieron. Volvieron a sus vidas, a sus aires. Pero su sonrisa, la de ella, se quedó allí  Ya no iluminaba para él. Pasaron horas y solo hubieron un par de minutos juntos a través del teléfono. Pasaron un par de días. Entonces el fue a reencontrarse con ella. No hubo mucho que escuchar. "Lo siento, pero no podemos seguir juntos". No lo había entendido. A qué se refería? Lo sabias bien canalla, lo sabias perfectamente. Entendiste cada una de sus palabras. He hecho algo malo? He dicho algo que te ha lastimado? "No eres tu, soy yo, no has hecho nada malo" sentenció. Y se apartó, miraba temerosa. De qué temes? Ha visto a aquel cabrón. Si, te teme. Te conoce. Tu y aquel demonio sois uno. Aún intentando no lastimarla no puedes negar a aquel cabrón que has intentado dejar oculto en lo más profundo de tu ser. "No temas princesa, soy yo, no tengas miedo" pensaba él. Y se marchó. Aquello no estaba pasando, quizás necesita tiempo. No lo podía asimilar. Una semana y una llamada de teléfono. Era definitivo. No era cuestión de tiempo. Aquella chica, su luz, se había apagado. Aquella mujer, que había logrado amansar a un autentico demonio se había ido para siempre. "No hay vuelta atrás" dijo ella. Y su último favor, su último regalo hacia ella fue hacerla feliz en eso. No me verás más si así lo quieres. No me oirás más. Y así fue.

  Todo se ha desmoronado. Todo se ha acabado. Lo recuerdas canalla? Recuerdas esa sensación? La verdad es que no habían emociones. Todo era gris, no había color, no había luz. Si que había tensión. Por las noches los puños temblaban. "Que es esto? Que ocurre?" Se preguntaba aquel estúpido ser sin emociones. Un ser en la absoluta nada. La nada y su compañero, un diablillo sonriente. Aquél hipócrita, aquel farsante. Está todo bien. Aquel comediante, aquel impostor, siempre sonriendo. A su familia, a sus "amigos", a sus conocidos siempre una media sonrisa. No exageremos o se va a notar. Pasaron unas semanas. "Vamos esta noche a beber algo, vente con nosotros" dijo un "amigo". Perfecto, como va todo bien, como no estás afectado, te pareció un plan perfecto. Dos cervezas, lo suficiente como para no llegar a alterar tu sistema nervioso o psicomotor. Va todo perfecto. Te chocas en la barra con un chico de unos veintitántos. Te alteras, pero recuerda, hay testigos. Un par de empujones para dar tiempo a que alguien os separe. Lo tienes todo controlado. Te llama "figlio di puttana". Sientes los puños ardiendo. No es el momento, dale otro empujón, intenta parecer muy alterado y vuelve a lo tuyo, vuelve a la mesa donde estabas con tus "amigos". Sonríe y comenta lo sucedido con ellos. Una anécdota más, en una noche más.

  Pasan un par de horas, te tienes que marchar. En realidad mañana no tienes nada que hacer, pero tienes que marchar, lo sabes. O quieres que así sea. Estás por Barcelona centro, zona de bares. Te apetece caminar un poco, te sorprende el control que has tenido hoy. Oyes pasos, gente saliendo de bares, saliendo de portales. Oyes una conversación en italiano. Oyes entre la conversación "figlio di puttana" casi como dicho para tus oídos, con intención de que lo escuchases. La voz es la misma que la del bar. Miras a un lado, unos seres caminando a la par que tu. Oyes unas risas, es el imbécil de veintitántos con un acompañante similar a el. El callejón mide poco mas de 5 metros de ancho. Y un poco oscuro. Te miran, y devuelves la mirada. "Algún problema, hijo de puta?" Les dices en voz alta.  Y uno de estos levanta una mano enseñándote el dedo medio. Si, también se acuerda de ti. Te frenas. Inclinas un poco la cabeza, te acercas. Nada a tu izquierda, nada a tu derecha. Solo esos dos imbéciles envalentonados seguramente fruto del alcohol. Ellos dos y tú. Ellos dos, tu y alguien más. Cuanto tiempo, eh cabrón? Te acuerdas de mi?. Escuchas palabras en italiano seguido de otra vez lo mismo. "Figlio di puttana". Estás sonriendo canalla? Hace semanas que no sonríes. Dos zancadas y tu mano agarra la cara de uno. Este, al estar cerca de la pared tiene poco espacio entre su cabeza y esta. Un golpe seco suena en la oscuridad. Sientes que te agarran de la chaqueta. Sientes lo que crees un puñetazo en la nuca. Otro golpe seco en la pared, repites en una fracción de segundo. Van dos. Este cae y sientes otro mal acertado golpe que seguramente iba otra vez a tu nuca, pero este da en el hombro. Te giras, aún sonriente y tu puño, el de la misma mano que acaba de aplastar una cabeza 4 segundos atrás, impacta sobre el pómulo izquierdo de este, el segundo individuo. El primero sigue aturdido en el suelo. El otro te intenta agarrar el brazo derecho para lanzarte un puñetazo. Esta vez ha acertado, pero en la parte baja de las costillas al lado izquierdo. No reaccionas al dolor. En realidad no hay dolor. De la misma zona izquierda se eleva tu brazo en dirección a este que aún sigue en pié. Este golpe va con rabia,  con ira, con rencor, con ansias. Lo agarras del pelo por la nuca con tu derecha mientras tu otro brazo se desplaza a toda velocidad en dirección a la boca de su estomago. Justo debajo del esternón. Cae de rodillas al suelo. Rematas la acción con una patada al hígado. El otro, aún aturdido, a cuatro patas intentando levantarse recibe una patada en la espalda, a la altura de los riñones. Hay que marcharse de ahí. Te pierdes en la oscuridad de las calles barcelonesas.

  Creo que ha vuelto a despertar el hijo de puta que llevabas en el interior. Es un demonio libre. Te vas, solo estáis tu y la ciudad. Y la ciudad está oscura. Y este demonio lo recuerda todo. Recuerda que la luz se apagó, recuerda sus palabras, las de ella. Y es entonces, en la oscuridad de la ciudad donde se te cae el mundo encima. Es ahí cuando por fin asimilas que ella ya no volverá. Es solo mirando a este demonio fijamente a los ojos cuando te das cuenta de la realidad. Es cuando explotas. Te colapsas. Que por qué te ha dejado? No la merecías. Ese demonio no se aparta de ti, te nubla el mundo, te nubla la realidad. Pasan horas, pasan días y aquel demonio se ha apoderado de ti. Sales, te emborrachas, te importa una mierda la opinión de los demás aún moviendo la cabeza afirmativamente cuando te encuentras con alguien. Sonríe canalla, sonríe. Eres un comediante, un cínico. Tu ya no trabajas para nadie, tu demonio ya no trabaja para nadie. Vas por libre, estás descontrolado. Bebes, te emborrachas, has llegado incluso a acabar en un hospital. Te peleas, buscas motivos para pelearte. Te lanzas a chicas, buscas sus labios, algunas te corresponden, otras no. No te importa nada, solo buscas sentir algo. Sea lo que sea, dolor, odio, ira, cualquier sensación te vale. Pasan semanas, meses. La odias, odias a aquella chica. Tez morena, apariencia frágil. Todo lo que creó en ti, todo lo que te hizo ver lo destruyó. No merece nada, no merece ser feliz, pero tienes que cumplir tu promesa. No dejas que te vea, no la llamas, no dejas que oiga tu voz, solo hasta que ella quiera algún tipo de contacto. Es el único resquicio de persona que te queda, lo que te une a ser persona, lo que te une a ella es aquella promesa.

  Pasan los meses. Solo hay desorden. El odio ha finalizado, se ha acabado. Será que el demonio está cansado, ya no es lo que era. Quizás aquella chica en si lo amansó no solo para ella, sino que para ti mismo. Salió con furia, salió con fuerza, pero esta cansado. No le gusta lo que ve, quiere cambiar. Aquel demonio no quiere cambiar por ella, quiere cambiar por ti. Si cabroncete, por ti. Nada es para siempre, dicen algunos. Quizás es verdad. Miras una foto. Sois ella y tu. Estas sonriendo canalla? Recuerdas exactamente el instante en que se hizo aquella foto. Recuerdas el aroma de su cabello. Hay mas fotos. Sonríes recordando aquellos momentos. Fue bonito, piensas. Fue divertido. No te podría odiar, no podría odiarte jamás mujer. Es entonces cuando respiras, todo ha finalizado, ella fue parte de tu vida. Fue una relación bonita. Es la verdad, es con lo que te tienes que quedar. Quizás ella está con otro. Que mas da? Por ese entonces, cuando erais pareja, ella estaba por ti tanto como tú por ella. También fuiste una parte de su vida. Sabes que eso no lo podrá olvidar nunca. Has sido bueno, has dado todo y más por una persona, es seguro que no lo olvidará jamás. Quizás en su vida nunca volverá a pasar alguien como tú. Te has comportado bien, eh canalla. Ni por la tuya alguien como ella. Al final de todo, de los cambios, de tu bajada a los infiernos, solo te puedo decir eso sobre el amor. Así funciona, cuando el amor llega, quizás no llega para quedarse eternamente. Has querido, has amado y así volverá a ocurrir. Conocerás más personas, seres que te llenarán y te complementarán. Quédate con lo bueno, con tu sonrisa, con su sonrisa. Con lo que vivisteis juntos. Eso es el amor. No tiene una explicación lógica. Lo has vivido una vez y lo volverás a vivir más veces. No le hagas preguntas, no le pidas respuestas, simplemente vívelo. Así que mira adelante canalla. Quédate con lo bonito y sonríe al futuro.

"Espero que te vaya bien. Gracias princesa"

FIN

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Este "pequeño" relato es ficción. Pura y llana ficción. Cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia. Es simplemente mi punto de vista de como veo el amor. Espero que lo disfrutéis.

viernes, 11 de enero de 2013

Una pequeña historia de amor. Parte 2

    Pasan los días. Ella sigue como siempre, con una luz creciente a cada vez que la ves. De pronto un día no está. Una excusa para llamarla.

  -Hola que tal? Solo llamaba para decirte que mañana hay que traer tal. Va todo bien? (y aquí comienza una conversación, la primera directa entre tu y ella). Nos vemos, espero que para mañana ya estés bien.

  Cuelgas y piensas. "-Es que me gusta? Joder nunca había estado así. Si, me gusta". Pero esta vez es diferente, 22 años de edad y es primera vez que sientes algo así. Y es entonces cuando todo lo que creías amor anterior a esto deja de tener sentido. Esta es "ella", o "aquella chica". Esta vez no se trata de querer tener solo un escarceo con ella, tampoco de quizás unas semanas de rollo. Esto es mas real. Te gusta. Y quieres que ella sea tuya.

  Comienza la táctica de acercamiento. Intentas hablar con ella, pero aún siguen cruzándose las palabras en tu boca de vez en cuando. Es raro, es como si ella desestabilizase con su sola presencia tu sistema psicomotor. Pero lo intentas. Ella está siempre receptiva, alegre, sonriente. Y tu intentando vanamente actuar con naturalidad. Donde está ese canalla descuidado al que se la sudaba todo? Sigue desde hace un tiempo sin aparecer por aquí. Ella lo está copando todo. Sales de fiesta y las guiris ya no son lo mismo. No buscas eso, algo te bloquea. 

  Todo marcha bastante bien. La comunicación es mas fluida. Ahora habéis pasado a los SMS y a messenger. La ves conectada, pero no sabes si dar el primer paso. Te saluda, y comienza otra de muchas charlas. Ella no tiene sueño, y tu si, pero eres incapaz de decirle que te vas a dormir. Esperas a que ella caiga. Joder, hoy el café le hace efecto. Las dos de la madrugada y sigue ahí. Pero te alegra eso. Que ella esté al otro lado. Poco después os despedís y cada uno se va a dormir. Tu ya no puedes. Y así ocurre otras muchas veces. Tu? Te desconozco, tu nunca has sido así. Siendo dominado y amansado por aquella chica, de bonita sonrisa, melena que te recuerda a un indomable y salvaje mundo y de frágil apariencia. Te gusta mas d elo que creías.

  Hay una más de esas charlas. Y te abres. Le comentas canciones románticas que te gustan, que en si es como un gran secreto. No puedes dar imagen de chico romántico, es poco serio. Le hablas de aquella pelicula de amor, de tu parte favorita. Que coño te pasa? Este no eres tu. Estás en uno de tus días raros, esos en los que actúas casi por impulso. Horas antes has estado con ella. Estabais compartiendo con mas colegas del centro de estudios. Ella estaba junto a ti, o tu junto a ella. No, fue ella la que se acercó a ti. Recuerdas cada movimiento suyo. Ese era tu trabajo hace poco. Ver comportamientos, interpretar acciones, anticipar hechos. Pero ella no es un trabajo. Antiguamente era preparar el momento idóneo  guiar indirectamente a una persona a ir a algún sitio concreto. Atacar, golpear y recordar que le debe favores a tu jefe. Un jefe que desconoces, pero que paga bastante bien. Pero eso ya ha quedado atrás. Hoy estaba ella a tu lado, y en un momento sentiste sus dedos deslizarse por tu cabello. Echaste la cabeza atrás respondiendo con gusto, y ella se soltó y siguió con ello. Pero querías más. Ella temblaba y le dejaste tu chaqueta. Todos estaban a lo suyo, actuabas, tienes experiencia en ello. Sabias mostrar a las personas lo que querían ver. Pero ella veía otra cosa. Tu, un animal desbocado amansado por una frágil señorita. Un autentico demonio enternecido por una imagen angelical. Que coño te pasa? Eso ocurría hace unas horas. Lo repasas mientras hablas con ella. Escribes mil frases en el PC, de las cuales le manda una. Así ha sido desde que mantienes esta forma de contacto con ella. Seleccionas meticulosamente la frase que quieres transmitirle. Pero es un día raro.

  Y entre esas mil frases escribes: "La verdad es que me gustas". Y le das al enter.

  Que coño ha sido eso? Se ha mandado? MIERDA! Joder, no se puede cancelar. Malditos ordenadores y tu conferencia por texto instantánea. Esa frase está ahí, en la pantalla. De donde ha salido eso? Bueno, ya no hay marcha atrás. Ella comienza a escribir, lo notas. Te pregunta que qué significa eso. Podrías haber inventado mil excusas. Que era una broma quizás  Pero no, le dices que te gusta desde hace un tiempo atrás. Silencio. Y es aqui donde ella te dice que hace poco ha salido de una relación, que necesita tiempo. Joder!. Hay una ultima frase. Te dice que quizás mas adelante. Esas son esperanzas, un autentico tormento. De las peores sensaciones que le puedes transmitir a un humano. Darle esperanzas. Pero se trata de "ella". Tu y tus "otros compañeros" habeis dado otras veces esperanzas a algunos seres. "Si pagas a tiempo esta vez no habrán mas repercusiones". Pero los intereses suben, por lo que se pierden las esperanzas. Pero esta vez eres tu el que tiene esperanza. Por ella. Si tu supieras, chica...

  Dias mas tarde la ves, mirada profunda, piel frágil. No sabes como actuar. Ese "me gusta" sigue estando ahí. Intentas parecer normal, pero no puedes. El duendecillo interior se ha descontrolado. Te hace caminar torpemente al estar ella, te hace tartamudear al estar ella. Aquella mirada profunda se ha vuelto mas fuerte que la tuya, no resistes mas de 5 segundos mirándola fijamente a los ojos. Es imposible. Pasan los días, y todo sigue descontrolado. La ves, intentas actuar normal, pero aquel "me gustas" sigue estando ahí. Aunque la sientes cada vez mas cerca. Será la hora? Será que esta sintiendo algo? Que es esto? que es esta sensación? Llega un día, son las 3 de la madrugada y recibes una llamada de ella. Ha bebido, no se encuentra bien. Te quiere ver. Oyes voces masculinas de fondo, alguna risotada. Entre balbuceos te comenta que fue a beber algo con una compañera y unos amigos. Está muy pasada. Y la maquinaria se pone en marcha. Sabes que hacer en estos casos. Sabes que es lo que puede ocurrir. Chico emborracha a chica y después ocurren cosas. A mi chica no. Nunca.

  Las manos arden, la espalda está tensa como nunca. Los puños al rojo vivo. En casos como este, si se tratase de trabajo e ir a recoger a alguien que está siendo perseguido por un individuo seria tomar un coche prestado, llegar al sitio, romper las rodillas a los lobos acechando a los corderos y llevar a estas a un lugar seguro. Quizás a un piso franco del jefe.Sin hacer ni responder preguntas, solo dar una palabra clave. Pero esta vez es ella. Sales, pillas una moto sin licencia, sin seguro. Te tiemblan las manos. Han pasado 6 minutos desde la llamada. Sabes que en menos de 6 minutos puede pasar de todo, tienes experiencia en desastres. Llegas a la zona indicada, ella no está. Llevas un bastón en la mano. Oyes risas, son las de fondo en el móvil. Preparas el bastón. Está oscuro. Podrías acercarte, ver el panorama, atacar, golpear a esos hijos de puta sin darles tiempo a reaccionar, salvar a tu chica y a la puta de su amiga y en 3 minutos estar fuera de ahí. Pero ella lo vería todo. Haría demasiadas preguntas en cuanto el alcohol se lo permitiese. Y vería a ese cabrón. Esta vez eso no vale. Los has divisado hace un rato. Te acercas por un sendero con luz. Das una patada a una botella de cristal para advertir tu presencia, y ellos miran. A ella no la ves, solo a la puta de su amiga. Vas directo a esta y le preguntas por tu chica, está vomitando. La encuentras apoyada a una pared. "-Lo siento, siento que tengas que ver esto. No quería que me vieses así, pero necesitaba verte"- te dice. Si, te necesitaba. Ella a ti. Sacas un trapo, le limpias la boca y ella se abraza a ti. "-Lo siento". No te preocupes nena. Ya estoy aquí, todo irá bien.

  Te la llevas a ella y a la estúpida de su amiga. Una parada del bus, va dirección a su casa. Te fías en que todo saldrá bien, te fías de que la imbécil la llevará. Le dices que al llegar te llame. No te mira a la cara, aún tiene vergüenza. No te preocupes nena, todo está bien. Ve a descansar. Llega el bus, y suben. Y una mierda te vas a fiar de la imbécil de su amiga. Corres, te subes a la moto y llegas a su casa. Sabes perfectamente donde vive. A eso te dedicabas. Tenias que saberlo todo. Sus horarios, el nombre del vecino de la puerta de enfrente, la raza d su perro, a que hora regaban las plantas. Tenias que averiguarlo todo sobre los deudores. Eres bueno en eso. Pero esta vez era diferente. No era un trabajo. Ella te dio su dirección entre una de las tantas conversaciones. Te la aprendiste de memoria al instante. Has sido rápido, mas que el autobús. Aparcas la moto y te sitúas a una distancia idónea para no ser visto. Todo sea por su seguridad. Todo marcha bien, han llegado perfectamente. No es tan imbécil su amiga. Encienden la luz de la que imaginas su habitación. Te vas, ya está todo correcto. Podrías volver a aquel parque, seguro que esos imbéciles aun están ahí emborrachándose. Pero ya te han visto la cara, te podrían reconocer. Y tu no trabajas así. Podría acabar comprometida ella. Otra vez será.

  Pasan los días y seguís charlando, pero es todo un poco diferente. Ella aun parece avergonzada. Pero tu se lo dices, que nada ha cambiado, que sigue siendo solo ella quien está ahí dentro. Fué ella quien despertó a aquel enano inquieto en tu interior. Aquel enano cabrón. Llámalo así o llámalo amor. No ha cambiado. Bueno, un poco si. Los sentimientos se han vuelto un poco mas fuertes al saber que ella te necesitaba. Te gusta de verdad. De verdad de la buena.

  Llega el sábado. Es temprano. Está conectada, pero no habla. Tampoco puedes hablarle, sigues comportándote como un idiota a veces. En eso la saludas y comienza otra conversación. Le propones un plan, mas para que vea que todo va bien. Le propones salir, caminar. Algo sin compromisos. Algo limpio, sencillo. Acordáis el día domingo estar los dos en un lugar céntrico. Es Plaza España, en Barcelona. Un lugar muy bonito, con un palacio a los pies de la montaña del Montjüic. Todo marcha bien. No estás actuando, te muestras tal como sientes que eres estando con ella. Y mañana estará solo para ti. Una cita. Algo formal, nada serio. Estas más que ilusionado. Joder, te sientes como un crío pequeño camino a la tienda de chucherías. Que cursiladas son estas? No importa, te gusta esa sensación. Te gusta como te hace sentir. Sales por la noche, necesitas cansarte de alguna manera, crear alguna forma de poder dormir. Estás con tus amigos pero tu cabeza esta en otra cosa. Estas pendiente de cuanto falta para verla. Ver esa tez morena, esa mirada profunda. Su apariencia frágil y delicada. Solo quieres beber y cansarte para dormir. Y que sea la hora ya. Te vas a casa, ha sido una noche aburrida. Tanto como lo seria una noche casi sin dejar de mirar el reloj.

  Llega el domingo. No hay resaca, no estás cansado, porque la verás a ella. Te preparas. Quieres parecer informal. Es otro de tus días raros. No, no hay resaca, pero hay algo en el ambiente. Falta poco, así que te pones de camino. Llegas ahí. Estación de metro "Plaza España". Has llegado 15 minutos antes. Te entretienes con música. Pasa el tiempo y ya es la hora. No está. No llega. Pasan 7 minutos y ni rastro de ella. Se habrá echado atrás. Quien va a querer estar a solas con un demonio como tu. No te lo mereces. Has sido mucho tiempo un cabrón, no mereces su compañía.  Ella ha visto quien hay bajo esta apariencia de seriedad. Y no le gusta. Entonces suena el móvil, es una perdida. La llamas y te pregunta donde estás. Ella está en la estación, desde 5 minutos antes de la hora acordada. Está en los andenes, el subterráneo. Te estaba esperando a ti.. Si, a ti. Te dice que va subiendo, por lo que la esperas en lo alto de la escalera. Y ahí aparece, la vez subiendo las escaleras. Sube un temblor desde el vientre al pecho. Está ahí. Un beso en cada mejilla y os ponéis en rumbo al palacio. Hay pocas palabras. Es algo raro. Intentas acercarte, pero tienes miedo. Temes lastimarla. Temes que tu historia la lastime a ella. Temes que tu alrededor la afecte a ella. Pero eso no será así, te tiene a ti. Rozas su mano, vais subiendo por la montaña. Hoy tiene un tono especial. La montaña también. Todo adquiere un tono especial cuando está ella. Divisáis jardines, mientras van pasando las horas. Es una montaña preciosa. Esta el estadio Olímpico, recuerdo de los juegos olímpicos en Barcelona el año 92. Y seguis subiendo y las palabras se vuelven más fluidas y las miradas mas cómplices  Acordáis ir a visitar el castillo de la cima del "Montjüic". Una antigua fortaleza militar abierta a los visitantes para disfrutar de las antiguas paredes testigos de la historia de Barcelona y también para disfrutar de las vistas de la ciudad. Es cuando llegáis al castillo, que a pesar de haber sido un fortín creado para la guerra tiene algo de especial. Camináis por los alrededores, disfrutáis de las vistas y subís a la azotea del castillo.

  La azotea.

  Está oscureciendo, brillan las luces de la ciudad. Es un momento raro. Raro para ti, nunca antes has estado en una situación así. Ella está a tu lado. Se coge de tu brazo por la oscuridad, por temor a caerse. Eres su apoyo. Paseáis por la azotea. Hay unas pequeñas casetas de vigilancia. Os acercáis a investigar. Está oscuro, solo están las luces del castillo, de las estrellas y de la ciudad. Y está ella. Junto a ti. Estáis investigando aquella caseta, pensando en los cambios de los que habrá sido testigo aquella caseta. Es mentira, en realidad piensas en sus labios. Los labios de ella. De que aun a oscuras puedes adivinar cada centímetro de su rostro. Te lo sabes de memoria. Ella está ahí, contigo. Estas tembloroso. Ella se adentra en la caseta. Fijándose en cada detalle. Está preciosa.

  -Mira la ventanita, no tiene cristal-. Te dice. Es entonces cuando tomas su cara entre tus manos y la besas.

(-Continuará...)