viernes, 11 de enero de 2013

Una pequeña historia de amor. Parte 2

    Pasan los días. Ella sigue como siempre, con una luz creciente a cada vez que la ves. De pronto un día no está. Una excusa para llamarla.

  -Hola que tal? Solo llamaba para decirte que mañana hay que traer tal. Va todo bien? (y aquí comienza una conversación, la primera directa entre tu y ella). Nos vemos, espero que para mañana ya estés bien.

  Cuelgas y piensas. "-Es que me gusta? Joder nunca había estado así. Si, me gusta". Pero esta vez es diferente, 22 años de edad y es primera vez que sientes algo así. Y es entonces cuando todo lo que creías amor anterior a esto deja de tener sentido. Esta es "ella", o "aquella chica". Esta vez no se trata de querer tener solo un escarceo con ella, tampoco de quizás unas semanas de rollo. Esto es mas real. Te gusta. Y quieres que ella sea tuya.

  Comienza la táctica de acercamiento. Intentas hablar con ella, pero aún siguen cruzándose las palabras en tu boca de vez en cuando. Es raro, es como si ella desestabilizase con su sola presencia tu sistema psicomotor. Pero lo intentas. Ella está siempre receptiva, alegre, sonriente. Y tu intentando vanamente actuar con naturalidad. Donde está ese canalla descuidado al que se la sudaba todo? Sigue desde hace un tiempo sin aparecer por aquí. Ella lo está copando todo. Sales de fiesta y las guiris ya no son lo mismo. No buscas eso, algo te bloquea. 

  Todo marcha bastante bien. La comunicación es mas fluida. Ahora habéis pasado a los SMS y a messenger. La ves conectada, pero no sabes si dar el primer paso. Te saluda, y comienza otra de muchas charlas. Ella no tiene sueño, y tu si, pero eres incapaz de decirle que te vas a dormir. Esperas a que ella caiga. Joder, hoy el café le hace efecto. Las dos de la madrugada y sigue ahí. Pero te alegra eso. Que ella esté al otro lado. Poco después os despedís y cada uno se va a dormir. Tu ya no puedes. Y así ocurre otras muchas veces. Tu? Te desconozco, tu nunca has sido así. Siendo dominado y amansado por aquella chica, de bonita sonrisa, melena que te recuerda a un indomable y salvaje mundo y de frágil apariencia. Te gusta mas d elo que creías.

  Hay una más de esas charlas. Y te abres. Le comentas canciones románticas que te gustan, que en si es como un gran secreto. No puedes dar imagen de chico romántico, es poco serio. Le hablas de aquella pelicula de amor, de tu parte favorita. Que coño te pasa? Este no eres tu. Estás en uno de tus días raros, esos en los que actúas casi por impulso. Horas antes has estado con ella. Estabais compartiendo con mas colegas del centro de estudios. Ella estaba junto a ti, o tu junto a ella. No, fue ella la que se acercó a ti. Recuerdas cada movimiento suyo. Ese era tu trabajo hace poco. Ver comportamientos, interpretar acciones, anticipar hechos. Pero ella no es un trabajo. Antiguamente era preparar el momento idóneo  guiar indirectamente a una persona a ir a algún sitio concreto. Atacar, golpear y recordar que le debe favores a tu jefe. Un jefe que desconoces, pero que paga bastante bien. Pero eso ya ha quedado atrás. Hoy estaba ella a tu lado, y en un momento sentiste sus dedos deslizarse por tu cabello. Echaste la cabeza atrás respondiendo con gusto, y ella se soltó y siguió con ello. Pero querías más. Ella temblaba y le dejaste tu chaqueta. Todos estaban a lo suyo, actuabas, tienes experiencia en ello. Sabias mostrar a las personas lo que querían ver. Pero ella veía otra cosa. Tu, un animal desbocado amansado por una frágil señorita. Un autentico demonio enternecido por una imagen angelical. Que coño te pasa? Eso ocurría hace unas horas. Lo repasas mientras hablas con ella. Escribes mil frases en el PC, de las cuales le manda una. Así ha sido desde que mantienes esta forma de contacto con ella. Seleccionas meticulosamente la frase que quieres transmitirle. Pero es un día raro.

  Y entre esas mil frases escribes: "La verdad es que me gustas". Y le das al enter.

  Que coño ha sido eso? Se ha mandado? MIERDA! Joder, no se puede cancelar. Malditos ordenadores y tu conferencia por texto instantánea. Esa frase está ahí, en la pantalla. De donde ha salido eso? Bueno, ya no hay marcha atrás. Ella comienza a escribir, lo notas. Te pregunta que qué significa eso. Podrías haber inventado mil excusas. Que era una broma quizás  Pero no, le dices que te gusta desde hace un tiempo atrás. Silencio. Y es aqui donde ella te dice que hace poco ha salido de una relación, que necesita tiempo. Joder!. Hay una ultima frase. Te dice que quizás mas adelante. Esas son esperanzas, un autentico tormento. De las peores sensaciones que le puedes transmitir a un humano. Darle esperanzas. Pero se trata de "ella". Tu y tus "otros compañeros" habeis dado otras veces esperanzas a algunos seres. "Si pagas a tiempo esta vez no habrán mas repercusiones". Pero los intereses suben, por lo que se pierden las esperanzas. Pero esta vez eres tu el que tiene esperanza. Por ella. Si tu supieras, chica...

  Dias mas tarde la ves, mirada profunda, piel frágil. No sabes como actuar. Ese "me gusta" sigue estando ahí. Intentas parecer normal, pero no puedes. El duendecillo interior se ha descontrolado. Te hace caminar torpemente al estar ella, te hace tartamudear al estar ella. Aquella mirada profunda se ha vuelto mas fuerte que la tuya, no resistes mas de 5 segundos mirándola fijamente a los ojos. Es imposible. Pasan los días, y todo sigue descontrolado. La ves, intentas actuar normal, pero aquel "me gustas" sigue estando ahí. Aunque la sientes cada vez mas cerca. Será la hora? Será que esta sintiendo algo? Que es esto? que es esta sensación? Llega un día, son las 3 de la madrugada y recibes una llamada de ella. Ha bebido, no se encuentra bien. Te quiere ver. Oyes voces masculinas de fondo, alguna risotada. Entre balbuceos te comenta que fue a beber algo con una compañera y unos amigos. Está muy pasada. Y la maquinaria se pone en marcha. Sabes que hacer en estos casos. Sabes que es lo que puede ocurrir. Chico emborracha a chica y después ocurren cosas. A mi chica no. Nunca.

  Las manos arden, la espalda está tensa como nunca. Los puños al rojo vivo. En casos como este, si se tratase de trabajo e ir a recoger a alguien que está siendo perseguido por un individuo seria tomar un coche prestado, llegar al sitio, romper las rodillas a los lobos acechando a los corderos y llevar a estas a un lugar seguro. Quizás a un piso franco del jefe.Sin hacer ni responder preguntas, solo dar una palabra clave. Pero esta vez es ella. Sales, pillas una moto sin licencia, sin seguro. Te tiemblan las manos. Han pasado 6 minutos desde la llamada. Sabes que en menos de 6 minutos puede pasar de todo, tienes experiencia en desastres. Llegas a la zona indicada, ella no está. Llevas un bastón en la mano. Oyes risas, son las de fondo en el móvil. Preparas el bastón. Está oscuro. Podrías acercarte, ver el panorama, atacar, golpear a esos hijos de puta sin darles tiempo a reaccionar, salvar a tu chica y a la puta de su amiga y en 3 minutos estar fuera de ahí. Pero ella lo vería todo. Haría demasiadas preguntas en cuanto el alcohol se lo permitiese. Y vería a ese cabrón. Esta vez eso no vale. Los has divisado hace un rato. Te acercas por un sendero con luz. Das una patada a una botella de cristal para advertir tu presencia, y ellos miran. A ella no la ves, solo a la puta de su amiga. Vas directo a esta y le preguntas por tu chica, está vomitando. La encuentras apoyada a una pared. "-Lo siento, siento que tengas que ver esto. No quería que me vieses así, pero necesitaba verte"- te dice. Si, te necesitaba. Ella a ti. Sacas un trapo, le limpias la boca y ella se abraza a ti. "-Lo siento". No te preocupes nena. Ya estoy aquí, todo irá bien.

  Te la llevas a ella y a la estúpida de su amiga. Una parada del bus, va dirección a su casa. Te fías en que todo saldrá bien, te fías de que la imbécil la llevará. Le dices que al llegar te llame. No te mira a la cara, aún tiene vergüenza. No te preocupes nena, todo está bien. Ve a descansar. Llega el bus, y suben. Y una mierda te vas a fiar de la imbécil de su amiga. Corres, te subes a la moto y llegas a su casa. Sabes perfectamente donde vive. A eso te dedicabas. Tenias que saberlo todo. Sus horarios, el nombre del vecino de la puerta de enfrente, la raza d su perro, a que hora regaban las plantas. Tenias que averiguarlo todo sobre los deudores. Eres bueno en eso. Pero esta vez era diferente. No era un trabajo. Ella te dio su dirección entre una de las tantas conversaciones. Te la aprendiste de memoria al instante. Has sido rápido, mas que el autobús. Aparcas la moto y te sitúas a una distancia idónea para no ser visto. Todo sea por su seguridad. Todo marcha bien, han llegado perfectamente. No es tan imbécil su amiga. Encienden la luz de la que imaginas su habitación. Te vas, ya está todo correcto. Podrías volver a aquel parque, seguro que esos imbéciles aun están ahí emborrachándose. Pero ya te han visto la cara, te podrían reconocer. Y tu no trabajas así. Podría acabar comprometida ella. Otra vez será.

  Pasan los días y seguís charlando, pero es todo un poco diferente. Ella aun parece avergonzada. Pero tu se lo dices, que nada ha cambiado, que sigue siendo solo ella quien está ahí dentro. Fué ella quien despertó a aquel enano inquieto en tu interior. Aquel enano cabrón. Llámalo así o llámalo amor. No ha cambiado. Bueno, un poco si. Los sentimientos se han vuelto un poco mas fuertes al saber que ella te necesitaba. Te gusta de verdad. De verdad de la buena.

  Llega el sábado. Es temprano. Está conectada, pero no habla. Tampoco puedes hablarle, sigues comportándote como un idiota a veces. En eso la saludas y comienza otra conversación. Le propones un plan, mas para que vea que todo va bien. Le propones salir, caminar. Algo sin compromisos. Algo limpio, sencillo. Acordáis el día domingo estar los dos en un lugar céntrico. Es Plaza España, en Barcelona. Un lugar muy bonito, con un palacio a los pies de la montaña del Montjüic. Todo marcha bien. No estás actuando, te muestras tal como sientes que eres estando con ella. Y mañana estará solo para ti. Una cita. Algo formal, nada serio. Estas más que ilusionado. Joder, te sientes como un crío pequeño camino a la tienda de chucherías. Que cursiladas son estas? No importa, te gusta esa sensación. Te gusta como te hace sentir. Sales por la noche, necesitas cansarte de alguna manera, crear alguna forma de poder dormir. Estás con tus amigos pero tu cabeza esta en otra cosa. Estas pendiente de cuanto falta para verla. Ver esa tez morena, esa mirada profunda. Su apariencia frágil y delicada. Solo quieres beber y cansarte para dormir. Y que sea la hora ya. Te vas a casa, ha sido una noche aburrida. Tanto como lo seria una noche casi sin dejar de mirar el reloj.

  Llega el domingo. No hay resaca, no estás cansado, porque la verás a ella. Te preparas. Quieres parecer informal. Es otro de tus días raros. No, no hay resaca, pero hay algo en el ambiente. Falta poco, así que te pones de camino. Llegas ahí. Estación de metro "Plaza España". Has llegado 15 minutos antes. Te entretienes con música. Pasa el tiempo y ya es la hora. No está. No llega. Pasan 7 minutos y ni rastro de ella. Se habrá echado atrás. Quien va a querer estar a solas con un demonio como tu. No te lo mereces. Has sido mucho tiempo un cabrón, no mereces su compañía.  Ella ha visto quien hay bajo esta apariencia de seriedad. Y no le gusta. Entonces suena el móvil, es una perdida. La llamas y te pregunta donde estás. Ella está en la estación, desde 5 minutos antes de la hora acordada. Está en los andenes, el subterráneo. Te estaba esperando a ti.. Si, a ti. Te dice que va subiendo, por lo que la esperas en lo alto de la escalera. Y ahí aparece, la vez subiendo las escaleras. Sube un temblor desde el vientre al pecho. Está ahí. Un beso en cada mejilla y os ponéis en rumbo al palacio. Hay pocas palabras. Es algo raro. Intentas acercarte, pero tienes miedo. Temes lastimarla. Temes que tu historia la lastime a ella. Temes que tu alrededor la afecte a ella. Pero eso no será así, te tiene a ti. Rozas su mano, vais subiendo por la montaña. Hoy tiene un tono especial. La montaña también. Todo adquiere un tono especial cuando está ella. Divisáis jardines, mientras van pasando las horas. Es una montaña preciosa. Esta el estadio Olímpico, recuerdo de los juegos olímpicos en Barcelona el año 92. Y seguis subiendo y las palabras se vuelven más fluidas y las miradas mas cómplices  Acordáis ir a visitar el castillo de la cima del "Montjüic". Una antigua fortaleza militar abierta a los visitantes para disfrutar de las antiguas paredes testigos de la historia de Barcelona y también para disfrutar de las vistas de la ciudad. Es cuando llegáis al castillo, que a pesar de haber sido un fortín creado para la guerra tiene algo de especial. Camináis por los alrededores, disfrutáis de las vistas y subís a la azotea del castillo.

  La azotea.

  Está oscureciendo, brillan las luces de la ciudad. Es un momento raro. Raro para ti, nunca antes has estado en una situación así. Ella está a tu lado. Se coge de tu brazo por la oscuridad, por temor a caerse. Eres su apoyo. Paseáis por la azotea. Hay unas pequeñas casetas de vigilancia. Os acercáis a investigar. Está oscuro, solo están las luces del castillo, de las estrellas y de la ciudad. Y está ella. Junto a ti. Estáis investigando aquella caseta, pensando en los cambios de los que habrá sido testigo aquella caseta. Es mentira, en realidad piensas en sus labios. Los labios de ella. De que aun a oscuras puedes adivinar cada centímetro de su rostro. Te lo sabes de memoria. Ella está ahí, contigo. Estas tembloroso. Ella se adentra en la caseta. Fijándose en cada detalle. Está preciosa.

  -Mira la ventanita, no tiene cristal-. Te dice. Es entonces cuando tomas su cara entre tus manos y la besas.

(-Continuará...)

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